Fue por el mes de marzo (del 2014) cuando ya trabajando en el proyecto de este blog, me di cuenta que mi interés por la cocina era mayor de lo que pensaba y empecé a buscar talleres de cocina para apuntarme a alguno.
Por distintas razones tenía más tiempo, así que me propuse dedicarlo a cocinar, y ¿porqué no? también a aprender más del mundo de la cocina. Así empezó esta aventura, navegando por páginas y páginas, incluso atreviéndome a ver la página del famoso Le Cordon Bleu y a soñar con asistir en algún momento a sus cursos…
Al final, después de mucho ver, encontré algo que se ajustaba a lo que en ese momento podía permitirme (por tiempo, por dinero…): unos talleres en un horario que se ajustaba al de mi trabajo y, mejor aún, el lugar en el que se impartían quedaba muy pero que muy cerca de la oficina.
Así fue como llegué a Apetit’Oh. Antes de decidirme a apuntarme al taller de “Más que novatos”, me apunté a un taller monográfico de Pan Artesano. El taller fue impartido por Moncho de Levadura Madre, así que un sábado por la mañana nos pusimos los delantales para preparar unos ricos panes que pudimos degustar in situ, y lo que no nos comimos nos lo llevamos a casa para que algunos incrédulos sobre nuestras dotes culinarias, vieran los resultados del aprendizaje.
“Más que novatos” talleres para los que ya saben algo de cocina…
Así que una vez comprobado el formato de las clases, la cercanía de la escuela, y que resultaba una experiencia -para mi gusto- maravillosa, me apunté al taller de “Más que novatos”, que es un curso para quienes ya tienen ciertos conocimientos de cocina y por tanto contempla que prepares recetas un poco más elaboradas y no tan básicas como cabría esperar de la cocina tradicional (como por ejemplo unas lentejas, o una tortilla de patatas).
La verdad no me arrepentí, además de conocer a Concha, quien es un encanto; hice unas compañeras cocinillas que a la fecha tengo entre mis contactos, y después de todos estos años, sigo manteniendo un recuerdo muy agradable de esos ratos entre fogones y risas, en los que preparamos de todo un poco, algunas cosas más ricas que otras, y algunas que al día de hoy siguen siendo un referente en casa.
Hice en total 18 clases, en cada una de ella preparábamos cuatro platos: un entrante, un primero, un segundo y un postre. La elaboración de los platos era colaborativa, cada quien hacía un poco de cada cosa, pelar, cortar, saltear, hornear…
Desde entonces ha pasado mucho tiempo, pero ya me gustaría volver a tener tiempo para poder volver a hacer algún taller más. De vez en cuando visito su página en donde, por cierto, ahora podéis ver unos vídeos con recetas o tips que están muy chulos y os darán una idea de cómo se trabaja en la cocina de Concha.
Podéis obtener más información la web de Apetit’Oh: http://www.apetitoh.com/
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